ALIENTAME
Esta página es para todas aquellas madres que están desalentadas, desanimadas, deprimidas, agotadas y desesperadas. Si esta es tu realidad, sigue leyendo.
Esta página fue escrita por una madre que estuvo desalentada, desanimada, deprimida, agotada y desesperada, y que solo la mirada puesta en Dios, pudo mantenerla en pie.
Esta página es una invitación a que te unas a nuestra fila, a la fila de las que estamos en pie, no importa tu situación, ni el motivo del problema, no importa si eres inocente o culpable. Lo que importa es que busques ayuda y aliento.
Para eso Dios me colocó donde estoy, para poder alentarte.
Por eso el nombre de la página es ALIENTAME.
BIENVENIDA
¿POR QUE ESTOY DESALENTADA?
Por hacerme de falsas expectativas. Por creer que 2 mas 2 es 4, y sí lo es, dos mas dos es cuatro, pero no en las matemáticas de Dios. Tengo que entender que el desaliento es un sentimiento negativo que me destruye. Los hijos no son números, no responden a ninguna fórmula matemática, por lo tanto, no van a ser lo que yo pleaneé para ellos. Ellos tienen su propia vida, sus propias decisiones, sus propios gustos, sus propios deseos, que superan a los gustos, a los deseos y a las decisiones nuestras, la de las madres. Con todo nuestro buen sentimiento y deseo de bien para ellos, y de amor genuino, muchos de ellos nos rechazan, concientemente deciden dejar la enseñanza cristiana del hogar, parece que todas nuestras oraciones a favor de ellos, fueron escuchadas por el enemigo y se encargó de hacer todo lo contrario en la vida de nuestros hijos. Los dejó sin amor familiar, sin respeto familiar, puso en sus corazones nuevos amores, nuevas sensaciones, los engañó a tal punto que nosotras, las madres, muchas veces no tenemos ganas de vivir.
¿Qué los llevó a decidir vivir tan lejos de Dios?
Una hipocresía interna escondida, guardada por años, tal vez desde muy chicos, tapada de buenas acciones, buenos estudios, buenos planes, pero el día que alguien les propone lo “prohibido” por los padres, sin ningún problema lo aceptan, y así empiezan un camino de engaño, de hipocresía, de mentira, disfrutando cada vez que los padres les creemos, violando nuestra confianza.
No somos tontas, sino que creemos en ellos, por eso le creemos, no porque somos fáciles de engañar, sino porque le creemos, porque los amamos. Y ellos sin ningún escrúpulo, con todo el sentimiento de burla, de insensatez cubierta por una “falsa viveza”, no tienen problema de tirar su propia vida a la basura, de tirar la vida de las madres a la basura, de tirar al padre a la basura, de arruinar la familia. De entristecer tanto a la familia que no les deja ganas de nada.
Van creciendo engañándose ellos mismos y engañando a todo aquel que se acerca con buenas intenciones, riéndose por dentro, disfrutando cada engaño hecho, disfrutando cada escapada, cada transgreción hecha a las enseñanzas del hogar.
Cuando la situación va llegando a límites, descubierto en el pecado, a punto de ser echado de la escuela, u otros, viven un falso arrepentimiento, lloran, piden perdón, van a la iglesia, confiesan detalles del motivo por el cual fueron descubiertos y confiesan otros pecados hasta el momento desconocidos y que aterran  a los padres, las mamás  no podemos creer lo que estamos escuchando, parece una película de espanto, pero es real, es nuestro hijo el que hizo esas cosas y otras que todavía mantiene en oculto, porque el arrepentimiento no es genuino, no es arrepentimiento, es susto, miedo de lo que se viene. Y como somos madres, madres cristianas, y los amamos, les creemos, no queremos escuchar todas las cosas que hacen, y les creemos, y volvemos a empezar. Solo para descubrir al poco tiempo que no había nada real en la confesión, nuevamente es descubierto en otros pecados peores y así comienza una cadena de pecado y falso arrepentimiento, pecado y falso arrepentimiento y la vida de tu hijo va en picada. Y lo peor para la madre, es que no puede hacer nada, tu hijo no te escucha, o simula que te escucha, pero tus palabras entran por un oído y salen por otro, y solo está pensando como engañarte, como mentirte y hacerte creer su mentira. Tiene un falso sentimiento de amor hacia la madre, dice que la quiere y llora por ella, que no quiere verla mal. Es un engaño, cada vez que tiene la oportunidad del error, lo hace, ni siquiera espera la oportunidad, ahora ya la busca, la oportunidad del mal no tiene problemas, porque ahora ya se instaló en el corazón del joven, y el solo busca encontrarse con la maldad, con la perversión de lo bueno, con todo aquello que se opone a Dios y a la enseñanza cristiana del hogar.
Al final o se va del hogar por voluntad propia, o es echado por los padres, porque su conducta atenta contra los demás integrantes del hogar, o revestido de un nuevo trabajo, o estudios universitarios, necesita mudarse cerca de su nuevo trabajo o estudio, y así concreta su gran sueño mentiroso: Sentirse Libre. Creerse Libre.
Libre de los ojos de los padres, pero lamentablemente no libre de los ojos de Dios. Y el joven lo sabe, y lucha, y lucha por sacar esa mirada de Dios de su vida, y hace exactamente todas aquellas cosas que siempre supo que estaban mal, en su interior quiere enojar a Dios para que lo abandone, pero  no le resulta. Dios está allí, mirándolo. El joven sigue insistiendo, cuanto más pervertida es la situación, mejor. Quiere demostrarse a sí mismo que es libre, y se convierte en el mejor asistente del enemigo de nuestras almas, de aquel león rugiente que rodeó tu casa, tu familia, tu vida, dio vueltas, dio vueltas, hasta que encontró el hueco donde meterse, en la vida de tus hijos. Toma su mente, su corazón, sus decisiones ahora ya no le importan mas, mejor dicho, nada le importa, ni su padre, ni su madre, ni sus hermanos, ni sus abuelos, nada, absolutamente nada, cree que está disfrutando en el reinado del terror.
Se viste de negro, se peina punk, se hace tatuajes, se perfora el cuerpo, todo aquello que se levanta contra Dios lo hace, en su intento de querer ser libre y demostrarle a los padres que ya no depende de ellos, que hace lo que quiere y que es feliz así, alejado de Dios. Dios murió para él. No existe. Es un cuento viejo. Lo importante para él, es ser feliz, disfrutar la vida, ser normal, ser como todos, ser uno más, con novia inconversa, con una vida totalmente sumergida en la inmundicia y la perversión.
Y es allí, en ese momento, cuando esa es la realidad de tu hijo, es allí cuando el desaliento logra su objetivo en tu vida, DESALENTARTE     .
Deja de preguntarte que cosas hiciste mal en la vida en tu hijo. Allí no hay respuesta. Si insistís en esa pregunta, cada día vos misma estarás peor. Ya te dije, allí no hay respuesta.
Deja de preguntarte con quién puedes compartir lo que te pasa. Si otra madre no lo vivió, no te puede entender, solo tendrá lástima de tu vida, te mirará con lástima, otros ni siquiera te mirarán, porque te juzgarán de mala madre. Ahora sabrás quién realmente es tu amiga. Muchos te dicen que oran por vos, posiblemente muchos lo hagan, pero para otros es un formalismo barato cristiano, para tratar de quedar bien, pero la realidad es que todo lo feo que puedan hablar de vos, lo hacen, te critican, te pisotean, y estás en la vidriera de mala persona, porque no pudiste guiar a tu hijo en la fe cristiana.
Por eso te sugiero, compartí lo que te pasa con aquellos que realmente pueden entenderte, o lo han vivido, o con verdaderas amigas, que se acercan con un interés genuino, de acompañarte, de ayudarte, de apoyarte. Porque lo que estás viviendo es peor que un velorio. Es un velorio de alguien vivo. Si estás en un velorio, es porque una vida se terminó, pero en tu situación, es peor que estar en un velorio. Es esperarlo, si, es esperar el velorio, estar todo el día, toda la noche, en el velorio de tu hijo vivo. Y el que no entiende, no te puede ayudar. Otros tratarán de evitarte, te encuentran y se hacen los que están leyendo, o que justo en ese momento, se agacharon en el auto par agarrar algo, o saliendo de algún banco y estando en la misma puerta giratoria, justo en ese momento miran para el lado contrario de donde salen, o te dicen que te llamaron por teléfono, pero en tu teléfono no hay registrado nada. También están los trepadores, aquellos que están esperando tu descalificación para quedarse con tus logros espirituales, o aquellos en los cuales invertiste horas, días, meses, años, invertiste tu vida para ayudarlos, le cocinaste, le lavaste la ropa, lo atendiste como un rey, pero ahora se olvidaron de todo, ni siquiera te mandan un mensajito telefónico diciéndote: “Che, perro, estoy orando por vos y tu perrito”, nada.
Pero: NO TE PREOCUPES. Lo que vos hiciste para el Señor, Dios mismo lo tiene anotado a tu nombre.
Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis  mostrado hacia su nombre, habiendo servido  a los santos y sirviéndoles aún.
Heb 6: 10
NO TE PREOCUPES. El Señor no te evita, el Señor te encuentra, nunca se hace el que está leyendo, nunca pasa frente tuyo y se agacha, siempre está con vos en la misma puerta giratoria, no te llama por teléfono pero te manda cartas, y desde hace más de 2000 años, El ya sabía lo que te iba  a suceder, por eso dejó escrito para vos:
Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso, puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto mucho, y temerán, y confiarán en Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza. Salmo 40: 1-4
El tiene registrado todo lo que hiciste a otras personas pensando en engrandecer el reino de Dios.
El continuamente te manda mensajes del cielo:
Oye, oh Dios mi clamor, a mi oración atiende. Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es mas alta que yo, porque tú has sido mi refugio. Y torre fuerte delante del enemigo. Salmo 61: 1-3
En ti, oh Jehová, he confiado, no sea yo confundido jamás, líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto, sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
Porque tú eres mi roca y  mi castillo, por tu nombre me guiarás y me encaminarás. Sácame de la red que han escondido para mí, pues tú eres mi refugio.
En tu mano encomiendo mi espíritu, tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias, mas yo en Jehová he esperado, me gozaré y alegraré en tu misericordia, porque has visto mi aflicción, has conocido mi alma en las angustias. No me entregaste en mano del enemigo, pusiste mis pies en lugar espacioso.
Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia, se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo.
Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar, se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido…
Mas yo en ti confío, oh Jehová, digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos.
Bendito sea Jehová, porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo.
Esforzáos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón.
Parte del Salmo 31
Y para que te quede bien claro, te dice:
Echando vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
1 Ped 5: 7
Quiero decirte que para poder vivir mirando al Señor en medio de las problemas, primero tienes que tener a  Jesús en tu corazón, de lo contrario no podrás entender nada de lo que te pasa, y no tendrás a quién mirar para seguir adelante con tu vida.
Si quieres  saber más sobre la verdad de Jesucristo,
si quieres leer mas sobre el cuidado del Señor,
si necesitas más aliento,
si quieres comunicarte conmigo,
si quieres contarme tu historia, (no será publicada)
escríbeme a:
madresdelmundo@gmail.com
Pronto habrá más páginas complementando este tema, y a medida que yo vaya aprendiendo en la Escuela de la Aflicción, pero de la mano del Señor, te iré compartiendo lo que aprenda, para que te sientas apoyada, fortalecida, animada a seguir adelante.
Si me escribes, te contestaré, oraré por ti, y tú orarás por mí, y juntas nos fortaleceremos en Aquel que tiene cuidado de nosotras y de nuestros hijos.
Si quieres, puedes usar otro  nombre, no importa quién eres, importa que eres una madre como yo.
Bendiciones.
En esta sección encontrarás Sermones de Aliento, no dejes de leerlos, algunos tienen 17 páginas, pero dejarán en tu vida más de 170 bendiciones. Tomate el tiempo que necesites, medítalos, busca en la Palabra de Dios los versículos mencionados y recréate en ellos.
Posiblemente tendrás que leerlos varias veces para poder entenderlos en su totalidad, házlo, toma nota, haz un resumen, memoriza los versículos que te mantengan aferrada a la verdad de Su Palabra.
Continuamente estaré agregando nuevos Sermones.
Al final de cada uno de ellos, hay cometarios y aplicaciones personales mías.
Puedes enviarme tus comentarios y aplicaciones personales y aclarar si quieres o no que las publique.
Lo interesante de todo esto es que muchos de los sermones que transcribo, fueron escritos en el año 1880 aproximadamente. ¡Qué grande es Dios! Hace más de 130 años Dios nos proveyó para ti y para mí, estas palabras de ALIENTO.
Bendiciones.
Fortaleciéndose en Dios – Spurgeon
Satanás considerando a los santos - Spurgeon
MENSAJE DE SALVACION ETERNA
Personalmente llamé a este mensaje:
UNA PERSONA ANGUSTIADA PERO FORTALECIDA
lunes, 16 de julio de 2007
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